Se montan las 10 claras a punto de nieve duro, se añaden 2 cucharadas grandes de azúcar y se vuelven a montar. Mientras se hace un caramelo -en microondas sale muy bien- con 8 cucharadas grandes de azúcar y sin agua. No se mueve hasta que se empieza a quemar, luego se remueve hasta que se derrita toda el azúcar.
Se vierte el almíbar rápidamente sobre las claras. El caramelo se cuaja y se queda a pegotones, no hay que preocuparse.
Se unta un molde alto y metálico con mantequilla. Se vuelcan las claras y se cuece a baño maría dentro del horno –con agua y cascarones- 15 o 20 m, hasta que se pegue al dedo. Cuando esté terminado y frío, se vuelca en una fuente. Se puede acompañar con natillas.
Lo de las natillas es ya de nota, está buenísimo de todas maneras. Hay que cogerle el punto pero cuando se consigue es muy, muy sencillo. Toya